Por: Lic. Pedro Martínez Bello
Sin duda, el proceso electoral del pasado primero de junio fue diferente, aún con la ausencia de los votantes; por desánimo o desconocimiento de una cultura civil es el inicio de un cambio que esperemos sea positivo para el país.
Ahora, los diputados federales deberán fortalecer el artículo 35 de la constitución política, para hacer y promover más las votaciones a fin de evitar que algunos partidos políticos boicoteen la participación ciudadana, por intereses meramente de grupo.
La elección de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), magistrados y jueces debe perfeccionarse con el tiempo, con más apoyo hacia quienes busquen los espacios en el Poder Judicial Federal o de los estados, sobre todo aquellos que cuentan con una trayectoria en el Poder Judicial, grados académicos y conocimiento real de la abogacía.
Deben hacerse campañas más amplias para que la sociedad conozca las trayectorias, conocimientos y grados académicos de los postulantes, como pasa con quienes aspiran a un cargo de representación popular, que además cuentan con recursos financieros públicos.
Tiene que darse una competencia pareja, en la cual quienes tienen un cargo popular o están en la función pública pidan separarse por el tiempo requerido para hacer campaña.
Si bien en esta elección hubo poco más de 13 millones de votos, fue en parte porque la autoridad electoral poco apoyó, es más, parecía que eran los principales opositores contra este nuevo esquema democrático.
En Morelos, dentro de un par de años tendremos este nuevo procedimiento y desde ahora hay que prepararse para el mismo, principalmente hoy, que el Poder Judicial del estado vive una severa crisis de credibilidad con 22 magistrados que sumieron al Tribunal en lo más bajo del arrabal.