Por: Dr. Adrián Román Hernández
La entrada de los nuevos ministros de la suprema corte, provocó entre otros efectos que los secretarios de estudio y cuenta que tenían los ministros anteriores pudieran o no continuar, lo anterior, independientemente de que derivado de dichos cambios renunciaron o se jubilaron de forma anticipada. Esto antes de la reforma judicial era una situación normal, puesto que cada ministro, magistrado o juez tiene su propio personal de confianza, sin embargo, cuando se renuevan y disminuyen en este caso los ministros y en los demás integrantes en el 50%, es otra cuestión.
Cabe señalar que los secretarios de estudio y cuenta de la suprema corte y los secretarios en los diversos casos, son quienes le ayudan a los titulares a estudiar, tramitar y emitir proyectos de resolución para que en su momento sean votados por un pleno o de en el caso del juez resolverlo en ese sentido. Por tanto, en un caso inédito el poder judicial federal enfrenta una ola inédita de salidas entre sus secretarios de estudio y cuenta, así como de sus áreas administrativas, tras la reciente reforma judicial. Renuncias, despidos y jubilaciones anticipadas ponen en tela de duda la continuidad de criterios y sobre todo pone en peligro la llamada “columna vertebral” del poder judicial federal.
En la suprema corte de Justicia, el impacto ha sido particularmente sensible, en las últimas semanas, el 26 % de los secretarios de estudio y cuenta adscritos a seis ponencias ministeriales y la vacante que dejó la salida de Luis María Aguilar en noviembre de 2024 (que renunció), pasó de 89 a 66 secretarios. Al incluir a los secretarios auxiliares, la plantilla se redujo de 171 a 135, esto es una caída del 21%. Esta definición compromete la elaboración y seguimiento de proyectos de sentencia, “combustible” esencial de los asuntos que conoce dicha corte como son controversias constitucionales, acciones de inconstitucionalidad y jurisprudencias que son las de mayor profundidad en el país.
En el conjunto del Poder Judicial de la Federación y de algunos órganos locales como Guanajuato, Hidalgo y la Ciudad de México, los datos reflejan un fenómeno similar de desgaste institucional. El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) reportó 433 jubilaciones en 2024, un aumento del 58 % respecto a las 273 de 2023. Durante los primeros cinco meses de 2025 se registraron 436 retiros, cifra que no se había visto en los últimos siete años y que triplica las 122 jubilaciones de 2018. Además, el consejo de la judicatura federal reportó 329 vacantes en juzgados y tribunales en enero de 2025, más del doble de las 139 vacantes de octubre de 2024.
Por ello, la salida anormal de personal con larga experiencia judicial acarrea varias áreas de oportunidad como la pérdida de memoria institucional y de criterios sostenidos, aumento de la carga de trabajo y las áreas técnicas restantes, reparto de plazas por lealtades políticas y sobre todo la dificultad a corto plazo para la formación de nuevos secretarios. Lo que podría revertir lo anterior a mediano y largo plazo sería reforzar la carrera judicial, garantizando incentivos claros para la permanencia del personal técnico, revisar las “ventajas” de retiros anticipados y los recortes de prestaciones que propician la salida voluntaria, implementación de un plan de transición que preserve la continuidad de los criterios en las ponencias y acelerar la capacitación de nuevos secretarios con procesos formales y evaluaciones periódicas.
Como muestra un botón, recientemente los magistrados y jueces federales conocieron sus “adscripciones”, esto es exactamente en que tribunal o juzgado van a trabajar, lo que pone en evidencia que no ha existido una transición armoniosa y sobre todo planificada.
La función jurisdiccional es eminentemente técnica, los secretarios en los diversos órganos jurisdiccionales federales son los que realizan la mayor parte del “trabajo” judicial, es importante su labor para todos los justiciables pues son los que resuelven rápido o lento los asuntos, el rezago pendiente que dejaron los titulares anteriores, la disminución de prestaciones etc. ya no hace tan “atractivo” seguir en el poder judicial, CARPE DIEM.