Por: Pedro Martínez Bello
Intolerables son los abusos de los magistrados. Desde Jorge Gamboa Olea fueron bastantes y ahora con Juan Emilio Elizalde Figueroa van en aumento con una velocidad hipersónica, ya que han demostrado que su paso por la institución es solamente para hacerse millonarios de por vida, muestra de ellos es que aprobaron el haber de retiro vitalicio para 5 magistrados en retiro, quienes fueron operadores externos para que llegara Juan Emilio. Quid pro quo.
De manera evidente, la sociedad se da cuenta que el Pleno del Poder Judicial solamente sesiona para aprobar intereses personales, ya que hicieron designaciones clave en la estructura de mando del TSJ, nombrado al nuevo titular de la Secretaria General de Acuerdos, al Oficial Mayor, también se aprobó la designación del magistrado Francisco Hurtado en la Junta de Administración, Vigilancia y Disciplina, espacio toral en el funcionamiento administrativo del Poder Judicial. Pero nunca se acuerda algo en beneficio de los justiciables, quienes todavía están a la espera de ser considerados.
Al Poder Legislativo estatal no le interesa lo que ocurra en el Judicial, los 20 diputados locales van por lo suyo, que es quedarse con el presupuesto con el que hoy cuentan y del que no ha salido ni una sola ley en favor del pueblo.
Por eso hay un repudio popular hacia estos dos poderes del estado, porque ademas de ser corruptos, la gente se empieza a cuestionar que tanto el pleno de magistrados como él Congreso no sirven a la comunidad y deberían desaparecer.
Son los tiempos de la simulación y, por ende, de la ambición de un grupo de “políticos” que actúan de forma organizada para robarse el dinero que aporta el pueblo, del que dicen es primero y, sin embargo, los mantienen en el olvido.
Las pensiones y jubilaciones de los trabajadores de base las aprueban porque acudieron al Poder Judicial de la Federación (PJF), para que mediante un amparo les otorguen el beneficio, después de 30 o más años laborados, de lo contrario los mantienen en el olvido.
Por eso el Estado va rumbo a una crisis grave, profunda, que requiere de grandes cambios y urgentes, porque los dos siguientes años, con las prestaciones millonarias que perciben tanto los magistrados como los diputados, dejarán en quiebra una entidad.
Es el momento que el Congreso de la Unión y la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo volteen hacia el estado de Morelos, antes de que se lo acaben, porque quienes hoy detentan el poder únicamente ven por sus intereses, y así hay 22 magistrados y 20 diputados que sirven para nada, son un lastre social. ¡Ya gobiérnense!